El círculo druídico, en lo concerniente al factor humano, reúne a personas que pertenecen o siguen esta espiritualidad. A menudo, en nuestras ceremonias pueden invitarse a otros hombres o mujeres paganos de cualquier senda positiva y afín con nuestras esencias. Pero el círculo druídico abarca más aspectos que los ceremoniales y litúrgicos. También es un grupo activo de personas unidas por una misma espiritualidad que realizan otra serie de actividades, que podríamos catalogar como sociales, ecológicas, colectivas, solidarias, tanto en los ámbitos urbanos como rurales o agrestes. Igual que nuestros antepasados espirituales, los druidas actuales, no están circunscritos a una sola área. Como uno de los objetivos de los druidas del pasado, se perseguía la sacralización de toda la sociedad, incluido por supuesto el entorno agreste. Con este propósito, evitaban que su tarea fuera entendida como un mero sacerdocio, pues sabían que el patrimonio de lo sagrado se derrocha fácilmente, solo con los usos religiosos. El cometido concluyente en los rituales, además de venerar a los antepasados, a los dioses emanaciones del Todo, además de celebrar los cambios estacionales, y de fomentar la cohesión tribal, era cambiar la condición del hombre mismo, aproximarlo a otro modo de entender el micro y macro cosmos y su posición, meta y nivel en él. El druida de ayer y el de hoy tiene como sagrada misión, despertar, enseñar lo que sabe y estimular la espiritualidad de las personas que con buena voluntad se le acerquen para conocer. Pero lo apuntado, entraría en otra temática y nos apartaríamos del motivo del presente artículo.
Antes de realizar cualquier ceremonia deberíamos preparar nuestra mente y cuerpo. Si se fuma o se toman bebidas alcohólicas con regularidad, es preferible que unos 3 días mínimo antes, se abandonen, aunque sea circunstancialmente, estas nocivas prácticas para que la sangre y los pulmones se tonifiquen y puedan llenarse de energía de nuevo. El principal metabolito de la nicotina, la cotinina tiene una vida media que abarca desde las 19 hasta 37 horas, según el metabolismo de la persona fumadora. Si se ingieren sustancias estupefacientes, con frecuencia la depuración es aún más ardua y lenta, ya que éstas se fijan en la sangre y no se eliminan antes de un mes. Por lo tanto no es recomendable que ningún toxicómano o adicto a sustancias narcóticas, realice o esté presente en ninguna ceremonia druídica.
Ciertamente, determinados grupos paganos utilizan exclusivamente para sus rituales algunas drogas para conseguir estados alterados de la conciencia. Nuestra postura al respecto, deja tal actitud al libre albedrío de la totalidad de los componentes de cada círculo. Sin embargo, consideramos que aunque antaño, se utilizaron drogas en los rituales druídicos y paganos, los tiempos han cambiado, y también el rol y la relación con las drogas. Hoy son potingues, mayoritariamente químicos que actúan sobre la mente, son peligrosas y pueden inducir a un uso crónico y a una adicción, además de provocar estados de apatía, somnolencia y torpeza generalizada, con menoscabo de la sensibilidad, convulsiones incluso coma, con lo cual se consiguen unos estados diferentes a los que se pretendían durante la consumación del ritual. Es por ello, que nuestra recomendación al respecto, es no utilizar esos productos.
Por otra parte hemos de considerar el aumento de sectas religiosas que utilizan las drogas para conseguir la sumisión del adepto, lo que sin duda crea una dependencia absoluta entre sus seguidores. En el druidismo cualquier actitud, acto ritual o ceremonia que someta o puede dilucidarse como un sometimiento de la voluntad individual, es sin duda, execrable. Sin titubear, aconsejamos como sustituto la meditación, muchos más efectiva cuando se practica y conoce. Es mejor que la mente medite, a que la mente divague. La mezcla de las experiencias espirituales con el consumo de drogas es un cóctel muy explosivo del que es muy difícil salir bien parado. Quienes usan las drogas, en nuestra opinión, no son lo suficientemente espirituales como para prescindir de ellas. Necesitan de los tóxicos alucinógenos para penetrar en sus realidades espirituales y ponerse en contacto con sus dioses. No es la atmósfera sagrada creada en el círculo, quien los lleva a esas experiencias, es la borrachera, la embriaguez, el aturdimiento que les producen las drogas que se suministran respirándolas, ingiriéndolas o a través de la piel, las que les llevan a vivir o experimentar lo que piensan es sagrado. Las naturales sustancias que segrega nuestro cerebro, de manera frecuente cuando estamos sumergidos en la experiencia de lo sagrado, son más que suficiente para hacernos disfrutar de dulces éxtasis, sin peligro de matarnos lentamente. El efecto sedante de la meditación y de la paz espiritual, es de una calidad muy superior a cualquier tipo de tranquilizante farmacéutico o de droga hipnótica.
Es recomendable también que se realice un poco de ejercicio diario, que el cuerpo se mueva, y que no esté en reposo demasiado tiempo, exceptuando los momentos de descanso. Si se soportan demasiadas horas sentado o en una posición incómoda, es adecuado cambiar de postura y levantarse, caminando un poco.
Es aconsejable usar ropa cómoda y no ajustada, al igual que el calzado También, sin importar que tipo de actividad se esté realizando, es recomendable la ingestión de agua mineral, (mínimo 1,5 litros / día), ya que esta se encarga de limpiar nuestras partes internas físicas, aportando los oligoelementos y sales minerales propias del líquido, que ejercen un efecto positivo en el refuerzo del organismo y prevención de enfermedades a las que estamos expuestos en una sociedad tan masificada, consumista e industrializada.
Incluso en la cuestión alimenticia deberíamos considerar que para una relación óptima con el entorno, como hicieron los druidas de antaño, deberíamos nutrirnos con alimentos naturales y propios de la temporada climática en la que estamos y que se encuentran en nuestro entorno. Si pretendemos comunicarnos con aquello que nos rodea, con árboles y plantas, con animales etc., sería muy consecuente y armónico introducirnos en la misma frecuencia y longitud de onda que ellos.
Es aconsejable darse un baño o ducha previa al ritual. si es posible frotarse el cuerpo con sal de grano en un paño blanco como si fuese el jabon de baño, y visualizar-sentir como se va limpiando nuestro cuerpo de malas energías.
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